El retail de moda en España tiene que adaptarse al entorno digital, estas son algunas de las claves para conseguirlo

10 de enero de 2017

El retail de moda ha sabido adaptarse a la evolución de los tiempos, gracias al desarrollo de la tecnología y la importancia de la movilidad, y condicionado por su target estrella: los millennials. En consecuencia, el sector ha detectado la necesidad de transformar su estrategia y adaptarla al ecosistema digital. Para alcanzar el éxito y hacerse un hueco en este nuevo contexto, es necesario que los players del sector tengan en cuenta algunos aspectos.

 

 

En primer lugar, hay que definir una estrategia de marca única en todos los canales. El retail de moda ha sabido alinear los atributos de la marca y hacerlos disponibles en cada punto de contacto. Mediante la definición de la estrategia global, se genera de forma homogénea una identidad aspiracional asociada a una imagen de marca.

Monitorizar el stock en todos los canales es el segundo aspecto que deben tener en cuenta. Las tecnologías como la RFID (Identificación por Radiofrecuencia) han mejorado la localización de artículos, desde las fábricas hasta el momento de su venta. Las tiendas saben cuándo y dónde reponer los artículos, por lo que ahorran tiempo y cuidan el aspecto de la tienda. Con el canal online y el webrooming se ofrece la posibilidad al cliente de adquirir cualquier artículo, aunque no esté disponible en tienda física, con una entrega posterior y con servicio de tracking. Así, el tamaño de la tienda física no limita la oferta de productos.

El intercambio de información instantánea con los proveedores y la integración en la cadena de valor y procesos, por su parte, permite incrementar los ingresos directos e indirectos a partir de la venta de informes sobre los clientes de todo tipo, la búsqueda del inventario eficiente y el apoyo de fabricantes en el coste de las promociones. En el sector de la moda, la cadena de suministro es una de las partes esenciales del proceso para disponer de un surtido actualizado, ya que las tendencias cambian en poco tiempo. Para controlarlo, es necesario disponer de una plataforma digital escalable que unifique las gestiones de las distintas áreas operacionales y que permita mandar órdenes de forma instantánea y generar analíticas.

En cuarto lugar, encontramos el desarrollo de Customer Intelligence Journeys para la implementación de la tecnología apropiada. En este sentido, es necesario ponerse en la piel del cliente y analizar las interacciones con la marca. En el caso del canal online, debe haber una inversión en optimizar la experiencia de usuario en los portales online, sin olvidar el resto de áreas que determinan la Customer Experience (CX). Se tienen que reaprovechar los datos de navegación (frecuencia de visita, tiempo empleado, clicks, mapas de calor de la web) para seguir optimizando la experiencia de cliente. En el caso de tienda física, se tiene que combinar con la monitorización de las actividad de los clientes en la misma: generar mapas de calor, implementación de tecnologías de tracking WiFi de móviles y cartelería digital inteligente. Con los datos recopilados de todos los canales, se obtiene una mayor personalización de contenidos y ofertas, de forma ágil y con capacidad de respuesta a inminentes cambios.

Por último, hay que tener en cuenta el desarrollo de comunidades aspiracionales. Crear una comunidad propia de usuarios donde participen e interactúen los seguidores de la marca es la mejor manera de fortalecer las relaciones y vínculos con los clientes. El sector retail moda ha conseguido que el cliente se sienta identificado con una marca a través de un exhaustivo sentiment analysis y análisis de las tendencias. El posicionamiento en el mercado a través de influencers en redes sociales como Instagram, Snapchat o Facebook es una prueba de ello.