El cliente de un retail ya no es el mismo que hace unos años. Ha evolucionado al mismo tiempo que lo han hecho sus fuentes de información hasta convertirse en un consumidor 4.0: se informa a través de internet, de las redes sociales, y de su red de contactos, tanto de los más cercanos (amigos y familiares) como los de internet (contactos de redes sociales o influencers).
Por ello, es imprescindible conocer sus gustos y necesidades para proporcionarle lo que necesita y mejorar su experiencia de compra, lo que se puede lograr mediante la cartelería digital.
Gracias a la cartelería digital, los retailers pueden mejorar la experiencia de compra de sus clientes y ofrecerles lo que buscan: una mayor digitalización, atención personalizada u operaciones instantáneas.
También tienen la oportunidad de optimizar sus campañas de marketing para que tengan más impacto. Por tanto, conocer las novedades en cartelería digital y en publicidad inteligente resulta crucial para poder cuidar al consumidor 4.0 y poder influir en sus decisiones de compra.
La publicidad inteligente para influir en la decisión de compra
La publicidad utiliza todos los medios tecnológicos a su alcance para recopilar datos sobre el comportamiento del consumidor. Después, en función de la información recogida, podrá recomendarle unos productos u otros.
Los sistemas de reconocimiento facial, por ejemplo, permiten conocer diversos detalles de un usuario, como su sexo o grupo de edad. A partir de estos datos, se le puede mostrar una campaña publicitaria u otra, mediante cartelería digital. Así, se puede influir con más probabilidad en su decisión de compra que con una campaña publicitaria genérica.
Otro de los elementos que pueden proporcionar información sobre el comportamiento de un consumidor 4.0 son las etiquetas RFID, que almacenan la información del producto al que se asocian, así como los datos relativos a su producción y su trazabilidad.
Estas etiquetas permiten tener un mayor control del stock de productos disponibles, y saber exactamente cuántas unidades se han vendido y cuántas quedan. Todo ello hace posible optimizar la gestión del stock y evitar vacíos de disponibilidad, así como conocer los productos que tienen mayor y menor aceptación entre los consumidores.
El wifi gratuito que ofrecen muchos establecimientos a sus clientes también puede emplearse para mostrarles publicidad sobre sus productos o servicios. Para poner en marcha este sistema de publicidad, denominado marketing wifi, solo hay que desplegar una red wifi gratuita, pero con una particularidad: tendrá que incorporar una plataforma o un sistema preparado para ofrecer anuncios publicitarios, promociones o descuentos a los usuarios conectados.
Otros elementos que permiten el envío de mensajes publicitarios a dispositivos móviles en función de su ubicación son los beacons, unas pequeñas balizas de posicionamiento que se pueden colocar en distintos puntos de un establecimiento o en sus inmediaciones. Emiten señales de bluetooth de corto alcance, que llegan a un máximo de 200 metros, e interactúan con los dispositivos móviles que se encuentren en su radio y tengan activada la conexión bluetooth, y pueden enviarles información: desde mensajes publicitarios hasta promociones.
La inteligencia artificial, un paso más allá en la cartelería digital
Todas estas herramientas proporcionan nuevos cauces para hacer llegar publicidad personalizada a los consumidores, ya sea de manera inmediata o recopilando datos para mostrarles campañas personalizadas posteriormente. Así, estas técnicas son aún más sofisticadas con la inclusión de la inteligencia artificial.
Esta tecnología, en cualquiera de sus formas, permite controlar la emisión de mensajes sobre cualquier pantalla de manera inteligente y mostrar contenido en función del tipo de cliente que pase por delante de ella. El sistema no reconoce al cliente, pero sí sus características principales y emplea la inteligencia artificial para entender lo que quiere el cliente y poder ofrecérselo.
A través de la observación del cliente, por ejemplo mediante cámaras colocadas en diversos puntos de un establecimiento, se puede conocer lo que busca, lo que compra y lo que le interesa. Con estos datos, cruzados con otras variables, como el tiempo que pasa cada cliente en la tienda, la hora a la que llega o su histórico de ventas, se puede personalizar su experiencia de compra, y ofrecerle lo que desea en el momento oportuno.
Tendencias en la compra del futuro
Además de estas tendencias en compra inteligente, hay otra novedad en cartelería digital que cambiará la forma de comprar de los clientes el a-commerce o comercio automático. Este nuevo método permite que los clientes que entran a una tienda puedan ver, manipular y elegir los productos como hasta ahora, pero con cambios en el proceso de pago. En un a-commerce, el pago se realiza de forma automática, lo que evita la necesidad de hacer cola para pagar. Para ello, los retailers que adoptan este sistema tienen que instalar soluciones que hacen que la compra física se pueda pagar online, como lectores situados en la entrada del establecimiento, en los que el cliente debe escanear su smartphone. Para formalizar la compra, solo es necesario coger el producto en cuestión y llevárselo. El pago se efectúa automáticamente y el recibo se envía por email.
Un ejemplo de a-commerce son las tiendas sin dependientes que Amazon ha abierto en diversos puntos de Estados Unidos. Los clientes acceden a ellas, eligen los productos que quieren y abonan la cantidad necesario de forma automática a través de su cuenta de cliente de la plataforma, sin esperas ni necesidad de utilizar dinero físico. Simplemente, entran, cogen lo que necesitan y se van.
Otro ejemplo está en China, el Tao Cafe, el primer coffee shop sin personal. Sus clientes escanean su móvil en la entrada, hacen su pedido en pantallas, toman lo que necesitan y se marchan. El pago es automático y el recibo se les envía por correo electrónico.
A pesar de no estar todavía muy extendido, el a-commerce no deja de evolucionar. Actualmente, ya es posible automatizar la compra para hacerla cuando sea necesario sin tener que acceder a una tienda, ya sea online o física. Para ello, se necesitan dispositivos programados para solicitar un artículo y que estén conectados a internet. Es el caso de los botones dash de Amazon, que están programados para que, al pulsarlos, se solicite a través de la plataforma un artículo en concreto, que se paga y se envía automáticamente.
El a-commerce es, por tanto, una combinación entre el comercio tradicional y el e-commerce, y una de las tendencias con más impacto en la mejora de la experiencia de compra de los consumidores.
Todos los caminos llevan al mismo punto: ofrecer al cliente lo que busca, en un entorno cada vez más digital. Ya sea a través de la publicidad inteligente y la cartelería digital o de la tecnología en el punto de venta como apoyo para la mejora de la experiencia de compra. A cambio, las empresas recopilan datos suficientes sobre el cliente para analizar sus preferencias y mejorar continuamente lo que le ofrece.